En muchas ocasiones y ante una sensación de dolor, surge la duda de si debemos aplicar frío o calor sobre la zona donde el dolor se localiza. Cada efecto está enfocado para un tipo de lesión, ya que causan en nuestro cuerpo unos estímulos diferentes:
Aplicar frío:
El frío se debe aplicar en los primeros momentos en el que se produce una lesión interna, ya que nos ayudará a bajar la hinchazón y aliviará el dolor provocado por el traumatismo, ya que adormece la piel. También sirve para calmar los calambres musculares, por eso es usual que en muchos deportes de élite se puedan ver bolsas de hielo cerca de la zona de actividad, o se recomiende una ducha fría tras realizar un deporte en intensidad.
Es importante que el hielo no se aplique directamente sobre la piel, ya que podría causar quemaduras, por ello trata de aplicarlo mediante bolsas y por periodos no superiores a 30 minutos (siempre de manera discontinua). También es importante no aplicar hielo si existe una lesión externa en forma de herida, alguna infección o una alta sensibilidad, así como algunas enfermedades con alta sensibilidad al frío localizado.
Aplicar calor:
El calor se aplica como un efecto sedante, calmando el dolor y aumentando la circulación en la zona localizada en el que se aplique, pudiendo así mejorar el efecto regenerativo del cuerpo. Es importante no aplicar calor si la zona se encuentra ya inflamada, ya que lo que haría sería aumentar dicha inflamación. El calor afecta directamente a los músculos y a los tendones, mejorando su flexibilidad y haciendo así que los movimientos nos causen menos molestia.
Un calor excesivo durante un largo periodo de tiempo en una zona focalizada del cuerpo puede provocar lesiones, por lo que es importante que la temperatura sea razonable y con intervalos similares a la aplicación del frío. En caso de hemorragia, es importante no aplicar calor, ya que al acelerar el ritmo sanguíneo lo que hará será aumentar dicha hemorragia.
En caso de duda, contacte con un especialista, le recomendará lo mejor para su caso específico.